PEKIN.-Los aranceles sin precedentes del presidente, Donald Trump, a las importaciones globales de Estados Unidos entraron en vigor este miércoles, reestructurando un orden económico global que se ha mantenido prácticamente inalterado durante generaciones, y provocando una respuesta inmediata de China y la Unión Europea.
El simple anuncio de los aranceles la semana pasada conmocionó a los mercados globales y causó billones de dólares en pérdidas. Ahora, tanto consumidores como inversores comenzarán a evaluar el impacto en la economía cuando el costo de los impuestos a las importaciones comience a transmitirse a través de las cadenas de suministro y a impactar en el presupuesto de empresas y hogares.
Los mercados financieros abrieron el martes con bajas moderadas. Desde el «día de la liberación», el pasado 3 de abril, como llamó Trump al anuncio de los aranceles, el índice Dow Jones ha perdido más de 4,500 puntos; el S&P 500 ha caído un 12% y el tecnológico Nasdaq ha bajado un 13%.

El arancel promedio que enfrentan docenas de países es del 29%, y muchos llegan al 40%. Las importaciones chinas tendrán una tasa acumulada del 104% debido a los nuevos aranceles de Trump, que se suman a los gravámenes que promulgó en su primer mandato.
China anunció el miércoles por la mañana que aumentaría los aranceles de represalia a las importaciones procedentes de EE. UU. del 34% al 84%. En un comunicado en su web, la agencia aduanera criticó duramente la decisión de EE. UU. de imponer aranceles.
“La práctica estadounidense de aumentar los aranceles a China es un error tras otro, que vulnera gravemente los derechos e intereses legítimos de China, perjudica gravemente el sistema multilateral de comercio basado en normas y afecta gravemente la estabilidad del orden económico mundial. Es un ejemplo típico de unilateralismo, proteccionismo e intimidación económica”, indicó la agencia china.
La Unión Europea respondió este miércoles también a los aranceles con unas tarifas de entre el 10% y el 25% sobre una amplia gama de productos que Estados Unidos exporta, según adelantó el diario The Washington Post y confirmó la cadena de noticias NBC News.
Entre los productos afectados figuran la soja, carnes, acero, textiles, tabaco y helados, según el citado diario. Estos aranceles, valorados en más de 24,000 millones de dólares, entrarán en vigor el 15 de abril en respuesta a los que Trump impuso en marzo al acero y aluminio. La Unión Europea aún está preparando su respuesta a los anunciados el 2 de abril por Trump del 20% a todos sus productos.
“Es demasiado y demasiado rápido”
Trump busca transformar el orden económico mundial reduciendo la dependencia de Estados Unidos de las importaciones extranjeras. En medio del debate sobre cómo se calcularon los aranceles país por país, Trump ha reconocido que su objetivo siempre fue eliminar o incluso revertir el déficit comercial estadounidense, algo que, según la mayoría de los economistas, es poco útil y probablemente conducirá a precios más altos y a un posible crecimiento más lento.
Trump ha establecido un arancel base del 10% sobre todos los bienes que ingresan a Estados Unidos. Afirmó que negociaría sobre comercio, pero no dio señales de ceder, limitándose a publicar una nota por la mañana en la que afirmaba que China buscaría un acuerdo junto con otros posibles acuerdos que su administración está negociando con Japón, Corea del Sur y otros países.
Los aranceles no son nada nuevo, y muchos líderes empresariales llevan tiempo argumentando que Estados Unidos debe hacer más para evitar que algunos productos de bajo costo, especialmente los de China, inunden sus mercados. Pero Trump sorprendió al mundo con su intento de traer a Estados Unidos la producción de una amplia gama de bienes que, en la mayoría de los casos, se producen de forma más asequible en el extranjero.
“Es demasiado y demasiado rápido”, declaró Craig Fuller, fundador y director ejecutivo de FreightWaves, una consultora de logística. Las empresas, especialmente las pequeñas, simplemente no están preparadas para modificar sus cadenas de suministro a la velocidad y la escala que Trump desea, añadió, y se enfrentarán a enormes aumentos de costos. “No es realista”, dijo Fuller.


