Salt Lake City.-Utah se convirtió ayer en el primer estado de Estados Unidos que prohíbe el flúor en los sistemas públicos de abastecimiento de agua.
El gobernador del estado, el republicano Spencer Cox, firmó una ley que prohíbe a cualquier persona o entidad gubernamental añadir este mineral a los sistemas de agua del estado.
El flúor puede puede prevenir la caries dentales, según expertos.
El proyecto de ley se presentó en enero y se aprobó en el Senado estatal el 21 de febrero. Entrará en vigor el 7 de mayo.
En 2022, aproximadamente el 44% de la población de Utah recibía agua fluorada, uno de los porcentajes más bajos del país, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
“Uno pensaría que vería resultados drásticamente diferentes, ya que la mitad del estado que no lo toma y la mitad del estado sí. He hablado con muchos dentistas. No hemos visto eso”, dijo Cox a la estación televisiva ABC4 en Utah. “Para mí la diferencia tiene que ser muy grande si vamos a exigir que el Gobierno medique a la gente”.
Las principales asociaciones médicas y grupos de salud pública –incluidas la Academia Estadounidense de Pediatría, la Asociación Dental Estadounidense y los CDC– respaldan que se agregue flúor al agua potable, argumentando que ayuda a prevenir las caries.
Pero el secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., ha criticado la fluoración, asociándola con enfermedades como el cáncer de huesos y la enfermedad tiroidea, a pesar de que los científicos han afirmado que no hay pruebas suficientes que apoyen una relación.
Kennedy afirmó días antes de las elecciones presidenciales de noviembre que, de ser elegido, Trump recomendaría eliminar el flúor de todos los sistemas de abastecimiento de agua.
El doctor Marty Makary, a quien el Senado confirmó esta semana para dirigir la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), sugirió a principios de noviembre que añadir flúor al agua potable era potencialmente perjudicial, una afirmación que rechazan la mayoría de los expertos en salud pública.
Algunos estudios han sugerido que el flúor puede influir negativamente en el desarrollo neurológico de los niños, como uno publicado recientemente en la revista JAMA Pediatrics, que halló una relación entre una mayor exposición al flúor y un menor coeficiente intelectual en los niños.
Sin embargo, según los autores, la mayoría de los 74 estudios analizados procedían de países que utilizan niveles de flúor en el agua muy superiores a los de Estados Unidos.
Los legisladores de Utah que impulsaron la prohibición argumentaron que añadir fluoruro al agua es demasiado costoso. Cox, quien creció y crió a sus hijos en una comunidad sin agua fluorada, lo comparó recientemente con ser “medicado” por el gobierno.
La prohibición llega semanas después de que Robert F. Kennedy Jr., secretario de Salud de Estados Unidos, quien ha expresado escepticismo sobre la fluoración del agua, asumiera el cargo.
Más de 200 millones de personas en Estados Unidos, casi dos tercios de la población, reciben agua fluorada a través de los sistemas comunitarios. La adición de niveles bajos de fluoruro al agua potable ha sido considerada durante mucho tiempo como uno de los mayores logros de salud pública del último siglo.
Sin embargo, algunas ciudades en el país han eliminado el fluoruro de su agua, y otros municipios están considerando hacer lo mismo. Hace unos meses, un juez federal ordenó a la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos regular el fluoruro en el agua potable, ya que niveles elevados podrían representar un riesgo para el desarrollo intelectual de los niños.
El presidente de la Asociación Dental Americana, Brett Kessler, ha declarado que las cantidades de fluoruro añadidas al agua potable están por debajo de los niveles considerados problemáticos.
Un estudio realizado en Australia el año pasado no encontró ningún vínculo entre los niños que beben agua fluorada y el desarrollo cognitivo negativo. Y un estudio de 2018 descubrió que una mayor disponibilidad de agua fluorada en un condado se asoció con menos caries entre los niños.
Los únicos riesgos para la salud documentados de la fluoración son problemas cosméticos como el esmalte dental descolorido y pequeños agujeros en los dientes, de acuerdo con los CDC.
Aun así, la campaña para eliminar el flúor del agua potable ha ganado popularidad en todo el país. Más de 150 ciudades o condados han votado a favor desde 2010, según la Fluoride Action Network, un grupo que se opone al uso del mineral.
Los legisladores de Kentucky, Montana y Tennessee han presentado proyectos de ley para que la fluoración sea opcional en los sistemas de abastecimiento de agua o para impedir que el mineral se añada a los sistemas. Y en Florida, un proyecto de ley propuesto en la actual sesión legislativa pretende prohibir los “aditivos”, incluido el flúor, en el agua potable.
