NUEVA YORK. – El pasado 9 de abril, Jorge González, un hombre mexicano de 37 años que trabajaba en construcción y en restaurantes, fue hallado sin vida en un vagón del metro de Nueva York.
Lo que ocurrió después ha conmocionado a la ciudad: según el reporte policial, tras su fallecimiento, un desconocido abusó sexualmente de su cuerpo y posteriormente lo robó. Un acto que ha generado indignación y tristeza, especialmente entre sus seres queridos.
Su expareja, Teresa, habló con el medio Daily News, profundamente consternada por lo sucedido dijo estar atónita al comprender el final de González y pide que se le recuerde por quién fue.
“Quiero que lo recuerden por la persona llena de vida que fue, por los sueños que tenía y las metas que quería alcanzar, no por este horror”, expresó.
González fue encontrado boca abajo en el suelo del vagón por un empleado de la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA) alrededor de las 00:30 horas, en la estación de Whitehall Street, en el Bajo Manhattan.
El tren en el que viajaba correspondía a la línea R, que hace su recorrido nocturno desde Brooklyn.
Causa de muerte
Hasta ahora, la Oficina del Médico Forense de la ciudad no ha podido determinar la causa exacta de su fallecimiento.
Sin embargo, investigadores manejan la hipótesis de que González habría muerto a causa de una cirrosis hepática relacionada con el consumo excesivo de alcohol.
Una historia de amor y lucha
Teresa relató que conoció a Jorge cuando tenía apenas 15 años, durante su fiesta de quinceaños en su pueblo natal en México.
Poco después comenzaron una relación, y años más tarde, ya viviendo en Estados Unidos, se casaron cuando ella tenía 24 años.
Ese mismo año, nació su hijo, lo que llenó de alegría sus vidas, aunque la rutina laboral y el problema de alcoholismo de González comenzaron a hacer cansada su relación.
“Simplemente se fue… y se fue”, comentó sobre su separación. “Teníamos problemas. Él decidió dejar la casa y eso fue todo. A veces me llamaba una o dos veces”.
Una noche silenciosa y trágica
Las grabaciones de seguridad del metro muestran que Jorge abordó el vagón alrededor de las 8:00 p.m., fumó un cigarro y conversó brevemente con otras personas. Luego, el tren quedó prácticamente vacío.
