EL VATICANO.- Murió a las 7.35 (hora romana) del lunes 21 de abril. El Vaticano selló la residencia oficial del Papa, lo que marca el inicio del período de luto.
El gobierno nacional decretó siete días de duelo nacional. Los restos del sumo pontífice fueron trasladados a la basílica de San Pedro para el último adiós.
El funeral se realizará el sábado 26 a las 10 (hora local)
De acuerdo con el relevamiento oficial, hasta el mediodía local ya fueron 120.000 personas las que despidieron a Francisco en la Basílica en la que fue puesto su féretro para el último adiós.
Benedicto IX, el Papa corrupto que vendió su cargo por dinero
Con la muerte el lunes del Papa Francisco a los 88 años, las plataformas de contenido a la carta han colocado en primer plano los contenidos de sus respectivos catálogos relacionados con la figura histórica del Papa. Uno de los que han resucitado es la serie documental Habemus Papam: Una historia de poder, disponible en Movistar Plus+. Compuesta de seis episodios y narrada en su versión original por el actor Liam Neeson, esta no ficción de 2018 producida por la cadena CNN repasa el origen del que se considera uno de los cargos más influyentes de la historia de la humanidad. Y analiza cómo 12 apóstoles se convirtieron en 1.200 millones de católicos.
En su segundo episodio, Habemus Papam: Una historia de poder aborda la controvertida renuncia voluntaria de Benedicto XVI. En 2013, decidió dejar el cargo. A pesar de ser un movimiento muy poco común —solo había ocurrido un puñado de veces en más de 2.000 años—, trajo consigo la llegada del papa Francisco. El padre James M. Weiss, profesor de Teología de la Universidad de Boston y sacerdote episcopal, explica en este documental cómo el argentino heredó de manos de su antecesor “el caos financiero, el caos de los abusos sexuales en la Iglesia católica y el caos administrativo”.
Los horarios de la Basílica
La Basílica de San Pedro permanecerá abierta hasta las 19. Sin embargo, alrededor de las 18, finalizará el acceso a la fila para permitir mantener el horario de cierre y el acceso a la Basílica a quienes se incorporen.
Las especulaciones crecen, pero las certezas son inexistentes. Luego de la muerte de Francisco, surge una pregunta fundamental que nadie puede responder: ¿quién será su sucesor? Hay apuestas, nombres en titulares, preferencias más o menos disimuladas. Pero la verdad es que nadie lo sabe. El cónclave de 133 cardenales se reunirá dos semanas después del funeral y, solo entonces, cuando el humo blanco se eleve sobre el Vaticano, el mundo conocerá al nuevo pontífice.
En el mientras tanto, se hizo viral un algoritmo que intenta predecir quién será el próximo papa, llamado Papability Index. En base a diferentes factores, el índice calcula quién es más propenso a ser electo como líder de la Santa Sede. Estos factores varían entre edad, antigüedad, el Papa que lo elevó al cardenalato, su país de origen, si es italiano —el índice lo valora por la relevancia histórica de la nacionalidad en la Iglesia—, pertenencia a una orden religiosa, involucramiento en escándalos, cantidad de lenguas que habla, ideología, votos en otros cónclaves y coincidencia de país de origen con el del Papa fallecido.
El sistema le asigna un valor numérico a cada indicador y calcula una puntuación: cuanto más baja, mayor la probabilidad de que ese cardenal sea el próximo Papa.¿Funciona? Si se observan los resultados retroactivos, la herramienta muestra cierto nivel de acierto. Al día de sus respectivas elecciones, Benedicto XVI (-1.680), Juan Pablo II (0.228), Juan Pablo I (1.767) y Pablo VI (-0.321) registraban índices bajos que los posicionaban como posibles candidatos. Sin embargo, con Francisco el modelo no fue tan certero: su puntaje era 3.918, más alto que el de otros candidatos de ese momento.
En el Vaticano
Más de 128.000 personas acudieron a la Basílica de San Pedro
La Basílica de San Pedro permaneció abierta hasta las 2:30 y reabrió esta mañana a las 5:40.
Desde la mañana del miércoles 23 de abril a las 11:00 hasta las 8:00 de esta mañana, más de 128.000 personas acudieron para saludar al Papa Francisco.
Polémica por los fieles que se sacan selfies con el cuerpo del papa Francisco
Una polémica se desató este jueves luego de que varios fieles tuvieran actitudes inadecuadas durante su visita al ataúd del papa Francisco en la Basílica de San Pedro. Es que los visitantes se sacaron selfies o directamente tomaron fotos del cuerpo del sumo pontífice, algo por lo que algunos fueron reprendidos por los responsables de seguridad de las inmediaciones.
Es el segundo día donde los fieles pueden rendir homenaje al Papa, quien falleció de un derrame cerebral el pasado lunes, luego de varios meses de malestar y tras salir de una larga internación por una neumonía que tuvo en el verano. Desde el miércoles, quienes quisieran podían hacer la larga fila que se extiende afuera del Vaticano, y que calculaban que hoy implicaba alrededor de ocho horas de espera, para acercarse al ataúd.
La transmisión en vivo del último día del adiós al papa Francisco
»Clarificaba todas mis dudas”: el sencillo fraile entrerriano que confesaba al Papa y, a sus 98 años, sigue trabajando
“¿Nunca te han tirado un balde de agua fría encima? Así fue, como un balde de agua fría”. Pasaron ya 12 años desde el 13 de marzo de 2013, el día que Francisco fue elegido Papa, pero el fraile capuchino Luis Dri, de 98 años, puede recordar cada detalle. “Estaba confesando en el templo. Escuché la campana de la torre y salí enseguida. Pregunté: “¿Quién es?”. Me dijeron: “No sé, pero hay humo blanco, así que hay Papa”. Dejé todo y me fui a la sala de televisión a ver. Cuando lo vi me desarmé”, contó.
En el balcón central de la Basílica de San Pedro no vio a un papa argentino, sino mucho más: saludando ante una multitud eufórica, vestido de un blanco absoluto, estaba Jorge Mario Bergoglio, el sacerdote de rostro serio y humor ácido a quien comenzó a confesar cuando era un joven sacerdote y con quien compartió durante décadas una amistad que se alimentó de la admiración mutua.
Los detalles del funeral y del entierro
Unas 130 delegaciones, incluyendo 50 jefes de Estado y 10 monarcas en ejercicio, asistirán a la misa funeral del Papa Francisco, que tendrá lugar en la Plaza San Pedro. La ceremonia comenzará frente a la Basílica de San Pedro y culminará con el traslado del féretro del Pontífice a la Iglesia Santa María de la Mayor para su inhumación, un sitio cargado de simbolismo para su pontificado y estrechamente ligado a su profunda devoción por la Virgen María.
El cortejo fúnebre que acompañará el cuerpo del Papa se realizará a paso de hombre para permitir el saludo de la multitud. Muestra de su apuesta por los más necesitados, un grupo de pobres lo esperará en las escalinatas de la Iglesia.
La delegación argentina oficial integrada por el presidente Javier Milei y algunos de sus más estrechos colaboradores viaja esta noche hacia Italia, para estar presentes el sábado en el funeral del papa Francisco y del cual participarán delegaciones de cientos de naciones para el último adiós al Sumo Pontífice.
En la familia Bergoglio, el hombre que lideró la Iglesia católica durante 12 años y fue el primer latinoamericano en hacerlo era uno más: Jorge Mario.
Era una familia de clase media que vivía en una casa de una sola planta en el barrio Flores de Buenos Aires. Los niños iban a la escuela pública y aprendían piano mientras el padre trabajaba como contador y la madre se encargaba de la casa.
«Una familia común, con dignidad», en palabras del papa Francisco.
Su padre, Mario, fue un inmigrante italiano que llegó a Argentina en 1929 huyendo de la pobreza, la Gran Guerra y el fascismo. Francisco lo describía como un hombre alegre que sabía ser «la autoridad de la casa».
De su madre, Regina, escribió que fue «una mujer franca y sincera», que trató de que la familia progresara socialmente «mediante la cultura y los estudios» y a veces sufría por las carencias económicas. Nació en Argentina, pero también tenía ascendencia italiana por ambos lados.
Francisco siempre se sintió parte de una familia inmigrante. «Por eso, al cabo de muchos años, en mi primer viaje como pontífice fuera del Vaticano, creí que tenía que ir a Lampedusa, la minúscula isla del Mediterráneo que se ha convertido en el símbolo de las contradicciones y de la tragedia de las migraciones».
Fue el mayor de cinco hermanos, en sus palabras «unidos como los dedos de una mano». La familia la completaba Churrinche, un perro mestizo.
Con su hermana menor, Maria Elena, siempre tuvo una relación especial. El nacimiento de la pequeña le causó serios problemas de salud a su madre, por lo que él, al ser el mayor, tuvo que asumir parte de la carga de cuidado de su hermana recién nacida.
Cuando murió Mario, el progenitor, «pasé inevitablemente de ser el hermano mayor a ser casi un padre», relató en su autobiografía. Para entonces, ella tenía 13 años y Jorge Mario, 25.


