ROMA.-La compraventa del edificio de la foto, ubicado en 60 Sloan Avenue de Londres, fue hace unos años el centro de un juicio sin precedente en el Tribunal Vaticano y vuelve a relucir ahora porque un cardenal condenado en ese caso, Giovanni Angelo Becciu, quiere ser parte del cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco que inicia este 7 de mayo.
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El llamado ‘caso Becciu’ fue un obstáculo en los esfuerzos del papa Francisco por renovar el oscuro sector de las finanzas del Vaticano. Había creado en 2014 un Secretariado para la Economía, aplicado un marco para las inversiones y avanzado medidas anticorrupción. También había ordenado el saneamiento del Banco del Vaticano, con el cierre de 5,000 cuentas.
Pero ese caso supuso un sismo de magnitud mayor.
El Tribunal Vaticano «consideró probado el delito de malversación por el uso ilícito de la suma de 200.5 millones de dólares», reportó en 2023 Vatican News, el medio oficial del Vaticano. Se trataba de una cantidad que representaba cerca de un tercio de los activos que en ese momento tenía la Secretaría de Estado, agregó ese informe.
Unos años antes, cuando explotó el escándalo en 2020, el papa Francisco convocó a Becciu a su casa, lo relevó del cargo que ocupaba en un departamento del Vaticano, lo acusó de nepotismo y le dijo que ya no confiaba en él, según reportes de medios.
Pero Becciu mantuvo su título eclesiástico y, mientras sigue su apelación judicial, también vive en un apartamento en el Vaticano.
Becciu dice que serán sus «hermanos cardenales los que decidan» si vota en el cónclave
La cuestión sobre los derechos que puede o no puede tener Becciu se ha complicado más ahora en medio del proceso del cónclave. Él dijo al medio local L’Unione Sarda antes de partir a Roma para despedir al pontífice que podría «participar en el cónclave». Consideró que sus privilegios como cardenal «siguen intactos» y que «no existe un impedimento formal ni legal para su presencia en el cónclave entre los que elegirán al nuevo papa».
Ya en el Vaticano, Becciu se reafirmó en ello en una conversación con la agencia Reuters y dio un poco más de detalles. Dijo a ese medio que se había reunido con el papa en enero y aseguró que Francisco le había precisado: «Creo que he encontrado una solución».
Semanas después, en febrero, el pontífice fue hospitalizado. Becciu afirmó a Reuters que, después de ese encuentro en enero, no supo más. Por eso consideró que «serán mis hermanos cardenales los que decidan» si participa del cónclave, agregó Becciu a Reuters.
No se ha anunciado formalmente si Becciu podrá votar para elegir al sucesor de Francisco.
Los miembros del Colegio Cardenalicio votarán desde este 7 de mayo a puerta cerrada en la Capilla Sixtina y, para poder hacerlo, el cardenal debe tener menos de 80 años. De los 252 miembros integrantes del Colegio Cardenalicio, solo 135 pueden votar para seleccionar al nuevo papa.

Existen dos supuestos escritos de Francisco pidiendo que Becciu no esté en el cónclave
Lo que es de por sí una situación compleja que evoca partes del guion de la película ‘Cónclave’ parece que se ha dificultado más.
Un reporte del diario Domani aseguró el viernes pasado que Francisco había dejado dos escritos en los que pidió excluir a Becciu del cónclave. Uno de ellos fue redactado en marzo, es decir, después del encuentro que Becciu aseguró haber tenido con Francisco y mientras el papa se encontraba en el hospital, según ese informe.
El periodista que firmó el reporte, Giovanni Maria Vian, dijo al medio Europa Press que Pietro Parolin, el secretario de Estado del Vaticano (y también uno de los nombres que se menciona entre los potenciales sucesores de Francisco), le comunicó a Becciu la existencia de ambos escritos.
Reportes de medios también han precisado que Francisco dijo antes de morir al camarlengo, Kevin Farrell, que no permitieran la participación de Becciu en la selección del próximo pontífice. Se desconoce hasta la publicación de esta nota qué sucederá.
$200.5 millones para la compra de un edificio de lujo en Londres
Mientras tanto, aquí resumimos la opaca operación inmobiliaria que llevó a la caída de Becciu. Se remonta al 2013 y 2014, cuando Becciu, que en ese entonces era el ‘monseñor sustituto’ o una suerte de jefe de gabinete del papa, instó al Vaticano a pagar esa suma por, entre otros inmuebles, una participación del 45% en el edificio en 60 Sloan Avenue.
«Por ello, el Tribunal (Vaticano) declaró culpables del delito de malversación al cardenal Becciu y a Mincione, que habían estado en contacto directo con la Secretaría de Estado para obtener el pago del dinero, incluso sin que se hubieran cumplido las condiciones», se lee en un reporte de Vatican News.
El entramado continuó en 2018 y 2019 cuando el Vaticano puso más dinero para comprar las sociedades propietarias del edificio en Londres. Y concluyó con condenas por estafa agravada, extorsión y otros delitos que salpicaron a otros funcionarios de la Iglesia.
Las tramoyas del cardenal Becciu fueron, de acuerdo con lo hallado por el tribunal, más allá de la compra inmobiliaria en Londres.
En otra línea de investigación se le encontró culpable por haber entregado más de 570,000 euros a Cecilia Marogna, una supuesta consultora de seguridad que fue apodada como ‘la dama del cardenal’, «con el argumento, que no se corresponde con la verdad, de que el dinero debía utilizarse para ayudar a liberar a una monja víctima de un secuestro en África», de acuerdo con Vatican News.
En los documentos judiciales, la fiscalía argumentó que esa suma fue mayormente usada para otras cosas y no para la liberación de la monja. «Por ende, injustificable, en lo que respecta al propósito de la compañía» de Marogna que recibió los fondos: Logsic Humanitarne Dejavosti D.O.O.
Por último, Becciu también fue declarado culpable de malversación por haber ingresado, en dos ocasiones, en una cuenta a nombre de Cáritas-Diócesis de Ozieri, la suma total de 125,000 euros destinada en realidad a la cooperativa SPES, de la que era presidente su hermano Antonino Becciu, informó Vatican News.
Con información de la agencia AFP.


