¿Qué sería de las familias pobres, enfermas, excluidas y desorientadas de la República Dominicana si no existiera un hombre sensible, humano y humilde como el doctor Félix Antonio Cruz Jiminián?
Esta es una pregunta que muchos ciudadanos nos hacemos, quienes por décadas hemos estado vinculados y comprometidos con la salud y las precariedades socioeconómicas que afectan a miles de familias en todo el país.

A este eminente médico, ciudadano humilde y ejemplar, nuestro pueblo lo venera y respeta profundamente. Su labor solidaria, constante y silenciosa ha salvado vidas y devuelto esperanza a quienes no tienen acceso a una atención médica digna.
“Es nuestro José Gregorio Hernández, el médico venezolano reconocido por su entrega a los pobres y recientemente canonizado como santo por el papa León XIV”, me confesó un exiliado venezolano que, junto a otros connacionales, ha recibido apoyo solidario en la Clínica Cruz Jiminián, ubicada en el sector Cristo Rey, en Santo Domingo.
Doy testimonio fiel de su entrega absoluta al servicio de los más necesitados, así como del compromiso de su equipo de apoyo, integrado por su hijo, el doctor Luis Cruz, los doctores Montero, Calderón y Salomón, Jennifer y demás colaboradores, quienes comparten la misma vocación de servicio y sensibilidad humana.
Me honra ser colaborador asociado y firmante leal, a través de Solidaridad Internacional Inc. (USA–RD–Venezuela) y Dr. Cruz Jiminián Inc., de acuerdos orientados a la promoción de valores, la solidaridad humana y el apoyo a los más vulnerables.
Feliz Navidad y muchos éxitos, doctor Cruz Jiminián, junto a su familia y su valioso equipo de trabajo.


