NUEVA YORK.-Unas 350 personas condenadas se encuentran hacinadas en Rikers Island a la espera de ser trasladadas a prisiones del norte del estado debido a los continuos efectos dominó de la huelga de las prisiones estatales, según funcionarios de la cárcel.
El atraso ha llevado a los carceleros de la ciudad a solicitar permiso para alojar a más personas en dormitorios de lo que permiten las regulaciones, una situación que, según los defensores, exacerbará las condiciones en el ya notorio complejo carcelario de la ciudad.
Rikers está diseñado para detener a personas acusadas de delitos que aún no han sido juzgadas ni condenadas.
En una carta dirigida a la Junta de Correccionales de la ciudad, la comisionada de prisiones Lynelle Maginley-Liddie afirmó que su departamento prevé que la población de Rikers seguirá aumentando en las próximas semanas, ya que más personas son sentenciadas a prisión y el sistema estatal no cuenta con el personal suficiente para aceptarlas.
Aunque la huelga ilegal terminó esta semana , el estado despidió a unos 2.000 guardias que se negaron a volver a trabajar y está operando con alrededor del 75% de su personal normal.
Los funcionarios de la prisión estatal no respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios, mientras que los defensores afirmaron que las personas encarceladas están desesperadas por salir de Rikers Island.
El complejo ya se encuentra bajo la amenaza de una intervención federal debido a las persistentes condiciones de inseguridad, la violencia, el acoso sexual y las acusaciones de violación contra los oficiales y una serie de reclusos que han fallecido bajo custodia.
Un cuello de botella de personas condenadas por delitos debido a problemas de capacidad en las prisiones estatales probablemente exacerbará esas condiciones.
El Departamento de Correcciones de la ciudad envió una carta a los reguladores con fecha del 27 de febrero advirtiendo sobre aumentos repentinos de población en Rikers.
«[Esto] probablemente creará una presión sobre nuestra capacidad de crear espacio para nuevas admisiones y transferir [a las personas bajo custodia] a otros comandos después de actos de violencia», escribió Maginley-Liddie en una carta a los reguladores a fines de febrero.
Desde entonces, el atraso casi se ha duplicado, según Annais Morales, portavoz del departamento penitenciario.
“A principios de esta semana, había alrededor de 350 personas bajo custodia del Departamento Correccional de Nueva York que están preparadas para el DOCCS, pero que se encuentran atrapadas aquí”, escribió en un correo electrónico, refiriéndose a los sistemas penitenciarios de la ciudad y el estado.
El martes, las autoridades penitenciarias solicitaron a la Junta de Correccionales de la ciudad —el organismo regulador que rige las cárceles municipales— que eximiera los requisitos mínimos de espacio y permitiera que los dormitorios del Centro Correccional Otis Bantum aumentaran su capacidad de 50 a 60 camas por dormitorio.
