NUEVA YORK.-La comunidad dominicana en Nueva York se congregó este domingo en la imponente Catedral de San Patricio para rendir homenaje a las 233 víctimas de la tragedia de la discoteca Jet Set la madrugada del 8 de abril en el país caribeño.
La misa fue organizada por el Consulado General de la República Dominicana en Nueva York, el Comité Altagraciano y la oficina del congresista Adriano Espaillat, como un acto de amor y solidaridad hacia quienes partieron y hacia sus familias.
Entre los presentes estuvieron Lidia Pérez y Ana Beatriz Pérez, hermana e hija del legendario artista Rubby Pérez, una de las figuras más queridas que perdió la vida en la tragedia. Su presencia llenó de emotividad el recinto, acompañadas por decenas de familias afectadas, líderes comunitarios, autoridades diplomáticas y miembros de la diáspora dominicana llegados desde distintos puntos de Estados Unidos y del país.
La misa fue oficiada por el obispo dominicano Joseph Espaillat, quien elevó plegarias por el eterno descanso de las víctimas y fortaleza para sus seres queridos. La Catedral, símbolo de espiritualidad y encuentro, fue el escenario donde se compartieron oraciones, lágrimas y abrazos en un ambiente de recogimiento y esperanza compartida.
Al concluir el oficio religioso, el cónsul dominicano Jesús Vásquez expresó a los medios su solidaridad con los parientes de las víctimas y pidió al Todopoderoso dar conformidad a cada dominicano y extranjero que haya perdido a un ser querido. “Para la muerte de nuestros seres queridos nunca estamos preparados, y mucho menos cuando se producen tragedias de esta magnitud”, afirmó conmovido.

El congresista Adriano Espaillat, por su parte, resaltó que, a pesar del dolor, la comunidad dominicana es una comunidad de fe y espíritu, y que momentos como estos sirven para reforzar los lazos que nos unen como nación más allá de las fronteras.
“Hoy lloramos juntos, pero también amamos juntos. Y seguiremos recordando juntos”, concluyó el representante consular, marcando el cierre de una jornada que reafirmó el valor de la memoria, la fortaleza de la comunidad y el orgullo de nuestras raíces.

Familiares de las víctimas han expresado su inconformidad con las versiones oficiales y el ritmo de las investigaciones y a medidas que pasan los días aumentan las demandas contra Antonio Espaillat, otros propietarios del centro de diversión y el estado dominicano.


