Una reflexión a propósito de Sudiksha:
Salir con amigas implica más que una noche de diversión; es un pacto implícito de cuidado y protección. Nos aseguramos de que todas lleguen a casa, de que ninguna quede atrás. Sin embargo, la desaparición de Sudiksha Konanki nos confronta con una dura realidad: ¿qué ocurre cuando ese lazo de resguardo se rompe?
De vacaciones en el país, Sudiksha fue vista por última vez en un bar. Sus acompañantes, en un acto de desconexión alarmante, la dejaron al cuidado de un desconocido mientras se encontraba en un estado de vulnerabilidad.
Desde entonces, su paradero es un enigma que estremece.
La sororidad no puede reducirse a un ideal romántico; debe ser un compromiso tangible y constante. Es la mirada atenta que advierte el peligro, la mano que sostiene en momentos de incertidumbre, la certeza de que ninguna quedará sola.
Este caso nos recuerda que la amistad entre mujeres no solo se nutre de momentos felices, sino también de una responsabilidad inquebrantable: protegernos unas a otras. Porque cuando una desaparece, todas la buscamos. Porque si la sororidad es genuina, ninguna se queda atrás.
Por Marcelle Cordero, coordinadora editorial revista Pandora


