Entre los aproximadamente 1.400 millones de católicos en todo el mundo, muchos esperan con ansias el próximo cónclave del Vaticano en el que los miembros del Colegio de Cardenales elegirán a un sucesor para el papa Francisco.
Con el inicio del cónclave el miércoles 7 de mayo, todas las miradas se centrarán en la pequeña chimenea de la Capilla Sixtina. Desde ese sencillo tubo de metal emergerá la esperada fumata blanca que anunciará la elección del nuevo Papa.
Durante los días que dure el cónclave, los cardenales realizarán cuatro votaciones cada jornada: dos por la mañana y dos por la tarde. A cada bloque de votaciones le sigue una fumata, que será negra si no se ha alcanzado un acuerdo, o blanca si ya se ha elegido al nuevo Pontífice.
El único día que no habrá votación por la mañana será el miércoles 7, ya que a las 10:00 a.m. (hora de Roma) se celebrará la Misa Pro eligendo Pontifice en la Basílica de San Pedro. Por ello, ese día solo habrá votaciones por la tarde, y en consecuencia, habrá una fumata poco después de las 19:00 p.m. (hora de Roma), según confirmó el Vaticano.
En los días siguientes, si el Papa no es elegido en la primera votación de la mañana, se realiza una segunda de inmediato. Ambas papeletas se queman juntas, lo que da lugar a una posible fumata hacia las 12:00 p.m. Si, en cambio, el Pontífice es elegido en la primera votación de la mañana, el humo blanco aparecerá poco después de las 10:30 a.m.
El mismo proceso se repite en la tarde. Tras un breve descanso, se realizan otras dos votaciones. Si ninguna es concluyente, la fumata se espera alrededor de las 19:00 p.m. Pero si el Papa es elegido en la primera votación de la tarde, la fumata blanca se vería poco después de las 17:30.
Así, los fieles deberán estar atentos a cuatro posibles momentos de fumata cada día: dos hacia el mediodía y dos al anochecer. Sin embargo, el primer día solo habrá una oportunidad de ver humo, al finalizar la única votación de la tarde.
La fumata se produce al quemar las papeletas cada cardenal, junto con compuestos químicos que tiñen el humo de negro o blanco. Tras la fumata blanca, las campanas de San Pedro repicarán con fuerza para confirmar el esperado “Habemus Papam”.
Los cardenales concluyeron sus reuniones previas al cónclave el martes, tratando de identificar a un posible nuevo papa que pueda suceder a Francisco y hacer que la Iglesia católica de 2.000 años de antigüedad sea creíble y relevante hoy en día, especialmente para los jóvenes.
Aunque provienen de 70 países diferentes, los 133 cardenales electores parecen estar fundamentalmente unidos en insistir que la cuestión ante ellos no es tanto si la Iglesia obtiene su primer pontífice asiático o africano, o uno conservador o progresista. Más bien, dicen que la tarea principal que enfrentan cuando el cónclave se abra el miércoles es encontrar un papa que pueda ser tanto pastor como maestro, un puente que pueda unir a la Iglesia y predicar la paz.
«¡Necesitamos un superhombre!», dijo el cardenal William Seng Chye Goh, el arzobispo de Singapur, de 67 años.
Es una tarea difícil, dados los escándalos de abusos sexuales y financieros que han dañado la reputación de la Iglesia y las tendencias secularizadoras en muchas partes del mundo que están alejando a las personas de la religión organizada. A eso se suma el estado financiero crítico de la Santa Sede y su burocracia a menudo disfuncional, y el trabajo de ser papa en el siglo XXI parece casi imposible.
Francisco nombró a 108 de los 133 electores y seleccionó cardenales a su imagen. Pero hay un elemento de incertidumbre sobre la elección, ya que muchos de ellos no se conocían antes de la semana pasada, lo que significa que no han tenido mucho tiempo para averiguar quién entre ellos está mejor capacitado para liderar la iglesia de 1.400 millones de fieles.
Los cardenales celebraron su último día de reuniones previas al cónclave el martes por la mañana, durante el cual el anillo del pescador de Francisco y su sello oficial fueron destruidos en uno de los últimos ritos formales de la transición de su pontificado al siguiente.
Los cardenales comenzarán a buscar al nuevo papa el miércoles por la tarde, cuando los «príncipes de la Iglesia» entren solemnemente en la capilla Sixtina al canto meditativo de la «Letanía de los Santos».
Tomarán sus juramentos de secreto bajo la imponente visión del cielo y el infierno en el «Juicio Final» de Miguel Ángel, escucharán una meditación de un cardenal veterano y luego emitirán su primer voto.
Suponiendo que ningún candidato obtenga la mayoría necesaria de dos tercios u 89 votos, los cardenales se retirarán por el día y regresarán el jueves.
Tendrán dos votaciones por la mañana y luego dos por la tarde, hasta que salga un ganador.
Preguntado sobre cuáles eran las prioridades de los cardenales electores, Goh dijo a los periodistas esta semana que el tema número uno era que el nuevo papa debe ser capaz de difundir la fe católica y «hacer que la Iglesia sea relevante en el tiempo actual. Cómo llegar a los jóvenes, cómo mostrar un rostro de amor, alegría y esperanza».






