SANTIAGO, RD.-Todo un misterio rodea el fuego ocurrido el pasado lunes 4 del presente mes en el Hospital Municipal Juan XXIII, el cual afectó las instalaciones, ubicado en Pekín en la zona Sur de esta provincia.
A las labores de extinción del fuego se sumaron vecinos del área, quienes expusieron sus vidas al intentar ayudar sin contar con el equipo adecuado para estos fines, ya que los bomberos tardaron tres horas en llegar y en el área que pasó no había agua (problema recurrente) y en dicho centro sanitario no hay ni un extintor.
Hasta el día de hoy, las causas aún no se desconocen, aunque presuntamente está descartado que haya sido un cortocircuito. Inicialmente apuntaba a un microondas, pero el día anterior un empleado informal hizo una instalación eléctrica poco profesional, información que fue ocultada a las autoridades correspondientes, al igual la escasez de agua de la cisterna del hospital.
El ciniestro físicamente solo afectó el vestidor de enfermería, pero los efectos de la humareda impactaron toda el área de internamiento y cirugía.
En pleno evento no se despacharon a los pacientes, agrabando su estado de salud, asi como pusieron en riesgo el personal, muchos de ellos se encuentran afectados por el mal olor y el hollín que se expandió mucho, a tal punto que la mayoría de los que laborando allí están afectados por problemas respiratorios, como asma, bronquitis.
La noticia del incendió no trascendió, mucho menos lo que sucede en este hospital otrora modelo universitario hoy día de cuestionable manejo y funcionamiento, como la mayoría de centros públicos de esta provincia de Santiago, según una fuente de entero crédito .
El hospital Juan XXIII está bajo la dirección del doctor Ronald Torres, aunque, quien lleva las riendas realmente es el Dr José Domínguez.


