El caso reavivó las alertas en la región metropolitana de Nueva York y Nueva Jersey, especialmente entre pacientes recientes y comunidades vulnerables.
Según informaron funcionarios de salud este miércoles, el paciente fallecido presentaba condiciones médicas
De acuerdo a ABC 7, en un comunicado oficial, St. Joseph’s University Medical Center expresó sus condolencias y subrayó que ambos pacientes enfrentaban problemas de salud significativos. “Nuestros pensamientos permanecen con sus familias y seres queridos durante este momento tan difícil”, indicó la institución, al tiempo que reiteró su cooperación con las autoridades sanitarias estatales.
Investigación estatal y alerta a más de 200 expacientes
La primera muerte fue el detonante de una investigación formal por parte del Departamento de Salud de Nueva Jersey, centrada en el sistema de agua del hospital. Las autoridades buscan determinar cómo y en qué momento se produjo la exposición a la bacteria, que suele proliferar en sistemas de agua dulce mal mantenidos, como tuberías, tanques o equipos de aire acondicionado.
Los resultados de las pruebas estatales, dados a conocer el 18 de noviembre, confirmaron la presencia de Legionella en el suministro de agua de una de las áreas contenidas del hospital. Sin embargo, la notificación oficial al centro médico se realizó recién el 8 de diciembre. A partir de ese momento, el hospital inició tareas de limpieza, desinfección y tratamiento intensivo de su sistema de agua, siguiendo los protocolos establecidos para este tipo de brotes.
Como medida preventiva, al menos 228 expacientes que habían sido tratados y dados de alta en esa zona específica del hospital entre el 27 de noviembre y el 8 de diciembre fueron notificados sobre el posible riesgo de exposición. Las autoridades recomendaron a estas personas que estén atentas a cualquier síntoma compatible con la enfermedad y que consulten de inmediato a un médico en caso de presentar señales de alarma.
La también llamada enfermedad del legionario es una forma grave de neumonía causada por la inhalación de gotitas de agua contaminadas con la bacteria Legionella. No se transmite de persona a persona, pero puede resultar especialmente peligrosa para adultos mayores, fumadores, personas con sistemas inmunológicos debilitados o con enfermedades crónicas, grupos numerosos tanto en Nueva Jersey como en el área metropolitana de Nueva York.
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), los síntomas iniciales suelen confundirse con otras infecciones respiratorias comunes. Entre los más frecuentes se encuentran tos persistente, fiebre alta, dolores musculares, dificultad para respirar y dolor de cabeza. En algunos casos menos habituales, los pacientes pueden experimentar diarrea, náuseas o confusión, lo que puede retrasar el diagnóstico si no se realiza una prueba específica.
Especialistas en salud pública subrayan que la detección temprana es clave para reducir el riesgo de complicaciones graves o muerte. Cuando se diagnostica a tiempo, la enfermedad puede tratarse eficazmente con antibióticos, pero los retrasos pueden ser fatales en personas con condiciones médicas previas.
El caso del hospital de Paterson se suma a una serie de episodios registrados en los últimos años en la región, donde edificios públicos, hospitales y complejos residenciales han sido investigados por contaminación con Legionella. Esto ha llevado a reforzar las exigencias de monitoreo y mantenimiento de los sistemas de agua, especialmente en instalaciones que atienden a poblaciones de alto riesgo.
Mientras continúa la investigación estatal, las autoridades sanitarias reiteraron que no existe evidencia de un brote comunitario activo y que el riesgo para el público en general es bajo. No obstante, hicieron un llamado a hospitales y centros de salud de Nueva Jersey y Nueva York a revisar de manera preventiva sus sistemas de agua y a cumplir estrictamente con los protocolos de control.


