Desde que inicié mi lucha dentro de Venezuela y ahora desde el exilio, que me ha impuesto la tiranía, observo con admiración y esperanza el fenómeno político que lidera María Corina Machado en nuestra amada Venezuela. Su fortaleza no es casual; se cimienta en un trípode de virtudes cardinales que quisiera hoy destacar, pues son ellas las responsables de su arrollador éxito y de la fe que ha restaurado en el pueblo venezolano:
1. La Disciplina Inquebrantable:
María Corina es el epítome o sinopsis de la disciplina. No se trata de un simple orden, sino de un rigor espartano en el cumplimiento de sus deberes y compromisos. Su agenda, su palabra y su estrategia se ejecutan con una precisión milimétrica.
Esta virtud le permite mantener el rumbo, a pesar de los vientos huracanados que intentan desviarla, demostrando que la constancia metódica es más poderosa que cualquier obstáculo. Cuando sosteníamos reuniones de trabajo, bien sea en su oficina de Bejucal o en la mía, ubicada en torre Exa; o en su residencia y posteriormente en mi casa por cárcel, María Corina apelaba a su libretica de notas, a su agenda personal, siempre pendiente de honrar cada compromiso asumido. ¿Qué conferencia tengo pendiente? ¿Qué invitación me acaban de formular para visitar un pueblo del país? ¿Qué documentos debo leer para sacar datos para mis disertaciones? Así es María Corina. Lo planifica todo. No dejaba pasar nada. Desde responder las llamadas telefónicas, los mensajes recibidos, de transmitir los saludos, bien sea para felicitar o para consolar en momentos de dificultades a la persona que necesite de su palabra alentadora hasta repicarle el celular a los expresidentes Sebastián Piñeira (Chile), Andrés Pastrana (Colombia) y Felipe Calderón (México), o líderes de cualquier lugar del mundo, procurando asegurar su presencia en Venezuela, tal como ocurrió cuando organizó el Congreso Ciudadano con un eficiente equipo, supervisado por Magali Meda, celebrado en Caracas el 26 de enero de 2015.
2. La Constancia en la Excelencia:
Su accionar político no conoce la mediocridad. Hay en ella una constancia férrea para hacer lo que tiene que hacer, pero con un esmero superlativo. Busca la excelencia en cada paso, en cada discurso, en cada recorrido por el país. Esta dedicación al trabajo bien hecha dignifica la política y es un ejemplo de que solo con el máximo esfuerzo lograremos la reconstrucción nacional que Venezuela merece. No se trataba de ser disciplinada una semana si y otra no. Era constante, día tras día asumía apasionadamente y con un altísimo sentido de responsabilidad las tareas pendientes y los compromisos pautados previamente. Algo muy relevante: trabaja en equipo, escucha, debate, argumenta, pero admite criterios opuestos a los suyos. No deja de compartir sus éxitos y hacer sentir valiosa la participación de los demás.
3. La Perseverancia Invencible:
Finalmente, y quizás la más inspiradora de sus virtudes, es su perseverancia. Hemos sido testigos de innumerables agresiones, inhabilitaciones injustas y campañas de desprestigio. Sin embargo, María Corina no se desanima, no se rinde. Su resiliencia es una señal de esperanza que nos recuerda que la lucha por la libertad es un maratón y que la victoria pertenece a quienes, a pesar de las dificultades, nunca abandonan la meta. En María Corina Machado, estas tres virtudes —disciplina, constancia y perseverancia— convergen para formar a la líder que hoy aglutina la voluntad de cambio de un país entero. Es un honor marchar a su lado, sabiendo que estas cualidades nos conducirán, sin duda, a la victoria final y a la recuperación de nuestra democracia. ¡Con la firmeza de siempre!
Antonio Ledezma
AntonioLedezma.net
Coordinador de Consejo Político Internacionales



