Por Marcos Álvarez
Eladio “Yayo” Almonte, una leyenda del baloncesto santiaguero de la República Dominicana, ha sido seleccionado entre los propuestos al Salón de la Fama del Deporte de Santiago, que celebrará su lX versión este sábado 26 de abril a las 3:00 p.m. en el Teatro de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM).
Oriondo de Barbacoa y con sus raíces profundas en el barrio de Cienfuegos, Yayo se destacó desde joven como uno de los jugadores más importantes del baloncesto santiaguero. Su impresionante carrera se ha caracterizado por estadísticas que lo colocan entre los grandes, no solo a nivel local, sino también nacional.
En su extenso recorrido, por el baloncesto de aquí Yayo jugó 6,588 minutos, anotó un total de 3,497 puntos, convirtiéndose en el cuarto mayor anotador en la historia del baloncesto de Santiago. Sus estadísticas no solo impresionan en términos de puntos: se robó 285 balones, bloqueó 16 disparos y sumó 696 rebotes (256 ofensivos y 440 defensivos).
Además, tuvo 2,136 intentos de campo, de los cuales anotó 1,165 para un promedio de 50%, y en tiros de tres puntos, intentó 660, logrando 280 para un impresionante 42%. En cuanto a los tiros libres, Yayo no solo fue efectivo, sino que alcanzó una cifra notable: de 1,091 intentos, anotó 887, logrando un 87% de efectividad.
A lo largo de su carrera, se le reconoce como el primer jugador de Santiago que perfeccionó la flotadora, una jugada que dejaba a los adversarios completamente incrédulos ante su destreza. Este toque único y su brillante desempeño fueron más que suficientes para asegurarle un lugar en la historia del baloncesto santiaguero y su exaltación al Salón de la Fama del Deporte de Santiago.
Para sus exdirigentes, Yayo Almonte no solo fue un jugador excepcional, sino un referente de entrega y profesionalismo.
Guillermo Otewalden, quien lo dirigió en sus años dorados, expresó:
“Yayo era un líder natural en la cancha. No solo anotaba, defendía, asistía… era el alma del equipo. Tenía una ética de trabajo impecable y siempre jugó con el corazón.”
Por su parte, el doctor Rodolfo Sánchez señaló:
“Más allá de los números, lo que hacía grande a Yayo era su inteligencia para jugar y su humildad fuera del tabloncillo. Fue un ejemplo para todos los jóvenes que vinieron detrás.”
Con testimonios como estos y una carrera respaldada por números impresionantes, Eladio “Yayo” Almonte entra con méritos propios en la inmortalidad del deporte santiaguero; y próximamente esperamos verlo inmortalizado en el pabellón nacional del deporte.
